I
una tarde sin palabras
la memoria que infunde travesías
hasta las lindes de la lluvia
es una playa
una red de pescadores
y el eco de la risa del amigo
cuando el mar nos arranca el tramayo de las manos
desafiamos los rayos que replican el horizonte
nunca podrán con nosotros
II
a veces la memoria
recorta un mediodía urbano en el desierto
una borrasca estoica y solitaria y asombrosa
caminamos de la manos ellas y yo
camaradas de la lluvia
nos refugiamos en el agua
huimos de las sombras de los árboles
trazamos parábolas
para alejarnos de los balcones
dibujamos elipses hacia los charcos
recorremos las terrazas
los recovecos delos canales de riego
la tierra seca de las bardas
y en las anegadas esquinas del pueblo
perdemos el agua y la arena
que bajan hasta la orilla infinita
viejo corazón del río
III
a veces en la noche persevera una tormenta
soledad que erosiona la memoria
me atrapa en otra lluvia
leves gotas que quedaron en sus labios
y la sed en una boca
que apenas
escampa en la piel del otoño
Muy lindas imágenes en la letra del poema.
ResponderEliminarInteresante los suyo como siempre PoloBar (alias Osvaldo Barales)
ResponderEliminarUn abrazo
Maravilloso tu texto
ResponderEliminarEs hermoso y al tiempo "interiorizado". Parábolas, elipses, círculos, ¡y yo pensando que la geometría era algo frío¡.
ResponderEliminarUn abrazo.
"tormenta de soledad que erosiona la memoria" Esta y otras cuantas frases hacen que me quite el sombrero ante usted y su poema.
ResponderEliminarUn abrazo
Mario
Un canto natural, salpicado de presencias geográficas, caminos del alma recorridos y un destinatario incierto. Precioso tu poema, Osvaldo.
ResponderEliminarmuy buen texto bella imagen
ResponderEliminarbesotes
SILVIA CLOUD
Hola, muchas gracias por los comentarios, es una gran satisfacción participar con ustedes en este sitio.Un abrazo. Osvaldo Barales
ResponderEliminarBuenos textos
ResponderEliminarMe gusto mucho, especialmente el final. Felicidades.
ResponderEliminar